BREAKING BAD

Lo bueno, o lo malo, según se mire (por falta de tiempo), de visitar asíduamente blogs de diferente gente, es que te acabas haciendo caso de las recomendaciones de los internautas. Suelo visitar varios blogs de seriófilos ( o locos por las series), y entre ellos se busca la excelencia. Hace poco surgió una iniciativa de uno de ellos, un meme que se difundió por la blogosfera en la que cada uno tenía que recomendar 5 series. Respondiendo a esa iniciativa, Sunne recomendó las suyas. Me atrajo la primera que dijo: "Breaking Bad". Y ahora que la he acabado de ver, he de decir que me ha parecido genial.


La serie es, como no, una producción estadounidense. 7 Capítulos que forman una miniserie y que le valió a su protagonista, Bryan Cranson, un premio Emmy en la pasada gala de los premios televisivos. Premio que fué toda una sorpresa, porque nadie se lo esperaba. Y es que se lo arrebató a grandes pesos pesados del género drama. Con un palmo de narices dejó a series como Mad Men o House. El premio, a mi juicio, merecidísimo.
Bryan Cranson os sonará como el padre de Malcolm en la serie del mismo nombre (M"alcolm in the middle"). Aquí cuesta reconocerlo, la verdad, y es que factura un registro radicalmente distinto al de la comedia que nos tenía acostumbrado.
Pero bueno, tanto hablar de Bryan Cranson y todavía no hemos hablado de la serie. De qué va "Breaking Bad"?
Walter White (Bryan Cranson) es un profesor de instituto en Estados Unidos. Podría ser un ejemplo del típico padre de familia de clase media. Está casado, tiene un hijo que va a su mismo instituto y espera una nueva hija, ya que su bella mujer está embarazada.
Sin embargo, Walter es un hombre con problemas: no es tan rico, necesita otro trabajo adicional lavando coches para poder afrontar el seguro médico. Al embarazo de su mujer, hay que añadir la enfermedad que padece su hijo. Walter es un genio de la química, pero su destino parece haber sido trazado. Él lo acepta resignado. Hasta que llega un dia que enferma, cae inconsciente y lo trasladan al médico. Allí le diagnostican un cáncer de pulmón inoperable. El tiempo que le queda no se sabe.
Lejos de caer en la histeria, en la depresión o en cualquier tipo de reacción humana normal, Walter se lo calla y teje un plan para poder abastecer a su familia del dinero suficiente para no tener que penar. Cómo? La solución se la da indirectamente su hermano, agente de la DEA (policía anti-droga). Los laboratorios clandestinos de metaanfetamina están siendo muy vigilados, pero si se lo montan bien, pueden hacerse ricos.
Sin que nadie sospeche de él, Walter se aliará con un antiguo alumno suyo para elaborar la química más pura y lucrativa que conoce el viejo profesor. Su producto sin igual será el más buscado por consumidores, traficantes, y por supuesto, la policía.
Todo lo que hasta ese momento no se atrevía a afrontar, todos los prejuicios, saltarán en añicos. El fin y su fin justificarán los medios.


Poco a poco veremos como va evolucionando la enfermedad de Walter, la relación que tiene con su familia, con su "socio", con sus amigos, y como poco a poco, a medida que cada vez se mete más en el mundo de las drogas, las cortinas que tapan la realidad de los que le rodean se van bajando, mostrando un fondo no tan limpio, no tan honesto. Y al contrario, los que parecían auténticos deshaucios, aprenderán de él más de lo que podría enseñar en la escuela.
Auténtica tragicomedia, puedes llegar a reirte y a llorar en un mismo capítulo. Sin caer en sensiblerias y sin caer en comedias al uso, "Breaking Bad" nos muestra un abanico de posibilidades para que el espectador elija, si puede, lo que más le gusta.
"Breaking Bad" es dura y tierna, es divertida y a la vez reflexiva, enfatiza la vida y también la muerte. Es una road-movie, es un drama, es una comedia, es un todo. Igual que la vida que se le va a Walter, igual que la vida que les deja a los demás.
Por todo esto y por lo que podeis llegar a descubrir vosotros, os la recomiendo.

Los hijos de... ( parte I )

Es innegable que alguna vez que otra, cualquiera de nosotros se ha sentido identificado con algún actor/actriz. Es más, seguramente has soñado en ser como él/ella. Sigues su carrera, sus películas y haces de él/ella algo tuyo-a. Vamos, que te conviertes en un fan, un modelo a seguir.

Imaginaos por un momento, que ese actor-actriz es tu padre-madre…Vamos, que sois los hijos de alguien relacionado con el mundo del cine. El modelo paternal se convierte en una obsesión, y seguramente el hijo-a querrá meterse en este mundillo para probar suerte a ver si consigue imitar a su padre-madre o bien mejorarlo. Ya puedo adelantar que en muy pocas ocasiones un hijo ha superado a su padre. Vamos a ver con más detenimiento a algunos de ellos que también probaron suerte en el mundo del celuloide y como han acabado. Con vosotros, los hijos de…

Hoy: LORENZO QUINN.

Quien no se acuerda de Anthony Quinn, célebre actor nacido en 1915 en Chihuahua (México) como Antonio Reyna, que muy joven dio el salto a Hollywood cambiándose el nombre por su transcripción anglosajona. Empezó como extra en varias películas hasta que poco a poco los directores se fueron dando cuenta de que este hombre valía su peso en oro.

Habitual actor secundario que robaba plano a los protagonistas, no podemos olvidar películas suyas como “El loco del pelo rojo” (Oscar mejor actor secundario), “Los cañones de Navarone”, “Lawrence de Arabia”, “Viva Zapata”(Oscar mejor actor secundario). También tuvo sus momentos de gloria como actor principal, en películas como “Barrabás”, “Las sandalias del pescador” y sobre todo “Zorba, el griego”, donde consiguió el Oscar al mejor actor principal.

A parte de su capacidad como actor, Quinn también destacó como dibujante, pintor y escultor. De su ajetreada vida amorosa, tuvo varios hijos. Uno de ellos, Lorenzo, es de quien hablaremos hoy.

Lorenzo Quinn, nació en Roma en 1966. Siguiendo los pasos de su padre, probó suerte en el mundo del celuloide, pero no tuvo mucho éxito como intérprete. Podéis haberle visto en películas para televisión como “Onassis” (1988) o como “Camino de Santiago”. En el cine, podéis encontrarlo en películas como Dalí, Stradivarius, Tierra de Cañones o Bomba de relojería. Su último trabajo hasta la fecha fue Camino de Santiago, en 1999. Antes de la llegada del efecto 2000, Lorenzo se retiró del cine y se dedicó a otra de las actividades que heredó del talento de su padre: la escultura. Actualmente vive en Barcelona, y dentro de su obra como escultor, cabe destacar una escultura que está en la sede de naciones Unidas, otra de San Antonio en Padua y una bien curiosa que está en Sant Climent de Llobregat, llamada “Legado”, donde cada año la escultura va creciendo, al ritmo de la ciudad.