Qué bueno verte de nuevo, Geena Davis!Pues sí, hacía tiempo que no veía a la buena de Geena en la gran pantalla. En esta ocasión viene de la mano del director Andrew Lancaster para presentarnos una auténtica tragicomedia australiana.
Englobada dentro de la sección "Oficial Fantàstic" del Festival de Sitges, esta película no sé muy bien como clasificarla, si es una comedia, un drama, o bien una singularidad, rareza o bizarrismo.
De qué va? Una familia feliz: padre, madre y 4 hijos, sufren un accidente de tráfico en el que pierde la vida la hija mayor y uno de los hijos queda en coma. Los otros salen ¿ilesos?
Este accidente, este hecho fortuito cambia completamente sus vidas. A partir de entonces veremos la evolución de la familia a través de los ojos del hijo pequeño. De una familia modélica, pasan a ser algo totalmente desarticulado, donde cada uno intenta asumir la pérdida de los seres queridos a su manera, provocando una pérdida aún mayor...
Al final de la película, si te preguntas sobre la casualidad, la causalidad o bien el destino, habrá servido para algo el visionado de la misma.
Si por el contrario, no llegas a ningún estado metafísico, tampoco pasa nada, disfruta del papel de la desestructurada y muy cínica madre que nos regala la Davis, que sin duda nos muestra los mejores y más brillantes momentos del film. Solo por eso ya habrá merecido la pena.
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